jueves, 25 de septiembre de 2014

Tímida Compañia

Me encontraba solo, sentado, en la playa. Estaba esperando el año nuevo. La luna blanca y gigante, alumbraba la oscura noche. Pronto, ella llego a mi lado, vino a hacerme compañía.
-Hola -dijo ella.
-Hola -le respondí.
-¿Por qué no estas en la fiesta?
-Quiero estar en la playa.
-¿Solo?
-Solo no estoy.
-Pero lo estuviste.
-Si, pero… -Me interrumpió.
-Lo estuviste.
Los dos nos encontrábamos mirando la luna en el horizonte. Esa luna que se bañaba en el mar.
-Bueno, hagamos algo que te gusta. -dijo ella.
-Bueno, dale… -como esperando una respuesta.
-Hablemos.
-Je, dale -Reí.
-Pero vas a hablar vos.
-¿De que queres que hable?
-De lo que quieras.
-Bueno… “Había una vez un chico que estaba solo en la playa, solo un 31 de diciembre. No es que lo haya querido estar, pero lo estaba. Aun así, el disfrutaba de su soledad.
De pronto llego una chica muy querida por él, llego a hacerle compañía. Él se alegro al verla y, se supone, que ella también. Ella le hizo preguntas y lo obligo a hablar, él empezó a contarle una historia en la que le contaba lo que recién habían pasado. Pero en su historia no contó el final, no contó lo que paso después. Cuando ella se le acerco lentamente y él, tímidamente, hizo lo mismo.”

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